Entrevistamos a Sergio Ramos Pérez, autor de «La noche en que se volvieron rabiosos».
Conoce al autor: Sergio Ramos Pérez

Seguramente te gustan varios escritores, ¿puedes nombrar alguno?
Me encantan Poe y King, últimamente también le estoy pillando el gustillo a Lovecraft. Por supuesto, hay muchos más, pero esos tres creo que están en mi top. Me encantan cómo escriben, la manera que tienen de transmitir y de crear historias. Sobre todo Poe.
Otra pregunta complicada: ¿puedes decirme tus tres novelas favoritas?
It (Eso), de Stephen King, podría considerarla como la novela que más me ha gustado tanto de él como en general, y de cualquier género. Escoger sólo dos más creo que es muy difícil para mí, te puedo nombrar algunas que me han gustado mucho y que he releído o volvería a hacerlo: Rebeca, de Dafne du Maurier; Drácula, de Bram Stoker; Parque jurásico, de Michael Crichton.
¿Y alguna obra literaria te ha decepcionado?
El guardián entre el centeno. Le tenía muchas ganas, pero me pareció un poco monótona. No sé ni no fue el momento ideal para leerla, no la entendí bien o qué, pero no me llegó a atrapar y me llegué a sentir un poco quemado con la actitud del protagonista.
¿Qué has leído últimamente?
Estoy leyendo a muchos autopublicados estos últimos días. Me releí de nuevo las dos primeras novelas cortas de Gloria Carrasco, La llave Nº 13 y El silencio de Molly, y ahora acabo de empezar Por Caro al fin del mundo, de David Barberá. También me leí La mansión de los juguetes, de Óscar M. Anton, aunque él está en editorial.
¿Recuerdas la primera novela que leíste?
Ni idea. ¡Casi ni me acuerdo de lo que comí ayer! Lo que sí te puedo decir es que, si no fue la primera al menos sí una de las primeras novelas que leí y que me gustó mucho, fue El otro barrio, de Elvira Lindo.
¿Cuáles son tus géneros literarios preferidos a la hora de escoger lectura?
Leo de todo, ficción, no ficción, filosofía, historia, ensayo… dentro de la novela, lo mismo, desde romance, hasta humor, infantil y juvenil, aventuras, etcétera, pero lo que más me gusta es el misterio y el terror. Pero claro, depende de lo que me apetezca en un momento concreto. Hay veces que me decanto más por ciertos géneros u otros, o por un estilo u otro… depende del momento.
¿Eres capaz de explicar cómo te picó el gusanillo del escritor? ¿Cuántos años tenías?
Lo cierto es que fue un proceso de años. Durante mi adolescencia, hacía cortometrajes con mis amigos, pero no teníamos los suficientes medios para hacer todo cuanto nos gustaría plasmar, por lo que yo empecé a escribir más en lugar de crear los efectos especiales necesarios. Hay que tener en cuenta que todo era muy casero, es decir, cuando hablo de efectos especiales no me estoy refiriendo al uso del ordenador ni nada de eso, sino más bien a efectos prácticos, hechos a mano y que estén delante de la cámara en el momento de grabar. Como digo, era todo muy casero y no se podía hacer todo lo que uno imaginaba, por lo que poco a poco fui desplazando eso para dedicarme más a escribir cuentos y relatos, historias breves. Y así estuve por largo tiempo hasta que me propuse hacer algo más extenso, una novela, y la primera que hice salió a la luz en 2016, Cicatrices. Cuando salió esta novela, yo tenía veintisiete años, pero empecé a escribir mucho más joven, no sabría decirte la edad exacta. Teniendo en cuenta que empecé a escribir y a idear Cicatrices en 2013, empecé a escribir novela con veinticuatro años.
¿Tienes alguna obra olvidada en un cajón a la espera de salir a la luz?
Tengo una a la que espero poder volver a ella este verano. Se trata de una historia de misterio sobrenatural, con vampiros, brujos, hombres lobos, posesiones y cosas así. Está ambientada en un pueblo ficticio de Galicia, en Paso do Demo, y quería darle cierta relación con la primera novela, Cicatrices.
¿Cuáles son tus planes de futuro? ¿Tienes alguna obra en mente?
A largo plazo, seguir con la novela de vampiros; a corto plazo, terminar y publicar la novela con la que estoy ahora. Es sobre el Titanic, y espero que pueda salir a la venta en marzo, en Amazon. Ya sabes, se conmemoran ciento diez años del hundimiento en abril de 2022… Si bien es cierto que esta novela no es demasiado complicada, sí me está dando mucho trabajo por la enorme cantidad de datos que debo manejar. ¡Incluso llegué a ponerme en contacto con algunos descendientes de los pasajeros reales para que me contaran cosas para la novela! Creo que puede ser muy interesante para la gente interesada en el Titanic, no tanto para los que les guste la novela romántica histórica (que puede que también les guste), pero está pensada para ese público específico, para quien esté interesado o interesada en la historia del barco.
Conoce la obra: La noche en que se volvieron rabiosos

Comenzaré por el principio, ¿cómo fue el proceso para elegir el título?
No fue muy complicado. Sólo sabía que quería que fuese largo y que sonara como una película de serie B. Barajé varias posibilidades y al final me quedé con el que mejor me sonaba. En la novela, hago un chiste sobre el título en boca de uno de los personajes, cuando menciona que las historias con títulos largos y que empiezan con cosas como «El ataque de… La maldición de tal… La noche de no sé cuál…» suelen ser historias malísimas. No sé, me hace gracia meter estos gags así y hacer autoparodia. Como ves, con la primera pregunta y respuesta, puedes adivinar que no es una novela que se tome demasiado en serio a sí misma.
¿Cómo nació la idea de escribir “La noche en que se volvieron rabiosos”?
Fue una conjunción de dos ideas. Por un lado, me apetecía volver a escribir una historia de terror y, por otro, llevaba tiempo rondando por mi cabeza la idea de hacer un libro que asemejase y homenajease al cine de videoclub, haciendo una cubierta que pareciese más una cinta VHS que una novela. Pensé que podría estar bien mezclar ambas ideas en una historia, es decir, una historia de terror que recordase a las cintas de videoclub, y empecé a meter tópicos, clichés, cosas muy reconocidas de esas películas y que pudieran seguir gustando, o al menos, que sigan pareciendo graciosas. También por eso hay unas idas de olla muy grandes en la trama y en las reacciones de los personajes (cosa de la que, por cierto, también me burlo en la propia novela). Soy perfectamente consciente de que no es un nuevo Don Quijote de la Mancha ni nada parecido, nada que vaya a trascender, yo lo único que quería era hacer algo absurdo y bizarro y que recordase a aquellas viejas películas que, al menos en mi caso, tanto he disfrutado y sigo haciendo. Lo cutre también tiene su encanto. De hecho, no sólo tú, sino mucha gente me ha comentado que alguna escena le recordaba a tal película o tal otra, y que no lo sentían como plagio sino como homenaje, que estaba bien integradas esas referencias. Creo que lo que más le aleja de ese concepto de película de serie B es mi toque personal, siempre meto en todas las novelas alguna crítica o sentimentalismo por parte de los personajes. No falla, ¿eh? Me he dado cuenta de que, si no lo pongo, reviento.
Toda novela tiene alguna escena más complicada de escribir, ¿existe esa escena en “La noche en que se volvieron rabiosos”?
Ninguna en concreto, fue más la trama en sí. Había escrito muchísimo sobre la historia, ocurrían muchas más cosas y las subtramas estaban mucho más desarrolladas. Pero si quería mantener el formato de VHS, es decir, que el libro impreso tuviese, además del aspecto de la cubierta, el tamaño lo más parecido posible a una cinta de vídeo, tenía un número de páginas limitadas para desarrollar la trama. Tuve que recortar muchísimo. Eliminar muchas cosas y volver a reescribir para hilar las escenas sin que se notaran esos huecos. Eso sí que me dio muchos quebraderos de cabeza. Creo que se lo dije a alguien, si hubiera publicado la historia completa tal y como la tenía en la cabeza, fácilmente habría resultado una novela con el doble de páginas como mínimo. Era mucho lo que tenía en mente y decidí meter tijera para conservar la esencia de la idea original. Total, tal y como menciono al final de la novela, siempre se puede ampliar el universo o hacer un remake de la obra, ¿no? Al fin y al cabo, es algo muy típico en el cine, pero no en literatura, creo que sería original volver a acercarme a la historia en un futuro mediante un remake literario, no un retelling, sino un remake. De hecho, tengo pensado hacerlo, no sé cuándo, pero lo haré, seguro. Para mí, lo realmente complicado, fue esa readaptación y reducción de la novela más que el escribir alguna escena en concreto.
¿Cuáles han sido tus fuentes de inspiración?
Ya he hablado mucho sobre que la principal inspiración fue el cine de terror de serie B, pero eso no es cierto del todo. Es verdad que he sacado muchas ideas y conceptos de películas como El resplandor, El amanecer de los muertos, Solos en la oscuridad, ¿Quién puede matar a un niño?, etcétera, pero lo cierto es que es el cine, en general, lo que me inspiró (aunque la mayoría sea de terror y de bajo presupuesto). Incluso en la manera de narrar está fuertemente inspirada por los medios audiovisuales. Ahora mismo recuerdo una escena, al principio de la novela, en la que la protagonista se acerca bajo la lluvia a un coche de la Guardia Civil, y está narrada como si fuese una escena de una película: ella ve algo, te muestro lo que ella ve, vuelvo a ella y su reacción… Yo tuve muy en mente la historia como una película, te contaba las escenas (o eso intenté) como si describiera los encuadres y planos de una película. ¡O la escena en la que un padre sube las escaleras en dirección a su hijo inválido en el piso superior! Me resulta muy cinematográfica la manera de narrarla. Sin embargo, la escena más fuerte para mí, esa en la que una chica está en una cabaña y un hombre entra, me parece mucho más literaria que cinematográfica. He escrito yo esta novela, pero esa escena me sigue revolviendo por dentro cada vez que la leo de nuevo.
¿Sabes cuánto tiempo tardaste en tener la obra lista para su publicación?
No puedo decirte con exactitud, pero creo que todo el proceso, desde que empecé a escribir hasta que estuvo publicada, creo que fueron seis meses o algo así. Soy muy malo recordando estas cosas. Creo que salió en mayo de 2021, y recuerdo estar escribiendo en otoño del 2020, más o menos, unos seis meses aproximadamente.
¿Reescribirías alguna escena?
¡Todas! Y ojo, no es que no me guste la novela, muy al contrario, para mi gusto personal, creo que es la mejor que he escrito o, al menos, la que más disfruto leyéndola de nuevo. A pesar de que no es perfecta, me gustó mucho. Sé que esto puede sonar prepotente, pero es así. También hay mucha gente a la que le encantó Cuando los destinos se cruzan y es una novela que, personalmente, me da mucha lástima, porque me parece muy floja en todos sus aspectos. Si una novela mía me parece buen trabajo, lo digo; si me parece malo, también, independientemente de lo que opinen los demás. Y ésta, La noche en que se volvieron rabiosos, al menos para mí, me parece un buen trabajo y muy disfrutable. Entonces, ¿por qué reescribiría la novela? Siento curiosidad por lo que saldría. Tengo la sensación de que no soy el mismo que fui hace un año, he cambiado mucho y muy rápido en muy poco tiempo, desde mi punto de vista. Creo que sería muy interesante, más para mí que para los lectores, ver cómo lo haría ahora. Pienso que la escritura es un medio para el autoconocimiento también, y uno puede verse a través de sus escritos. En ocasiones, he llegado a saber cosas de mí mismo que desconocía al leerlas plasmadas de manera inconsciente en una historia. Me gustaría saber qué veo ahora, qué haría con esta historia, cómo la enfocaría… Pero si lo hago, lo haré bien, sin restricciones para que encaje en ningún formato. Como dije antes, un remake, y si es necesario el doble de páginas, pues el doble. Lo único que cambiaría, y eso fue por una metedura de pata mía, es el rango de un militar: el alférez Yuste. Antes, este rango existía, pero ahora parece ser que ya está en desuso por lo que no parece que tenga mucho sentido que exista este personaje en la actualidad (o en el 2026, que es cuando se ambienta la historia). Y otra cosa que viene a cuento con todo esto que te estoy diciendo, ten en cuenta que soy una persona que no suelo hablar mucho de mí mismo, lo hago más mediante la escritura. Creo que alguien que sepa cómo leer mis novelas, llegará a conocerme mucho mejor a través de ellas que de lo que le pueda contar yo sobre mí mismo. Para mí, son casi como un diario en el que verme y examinarme. Vale, yo nunca he vivido un fin del mundo apocalíptico, pero en esta novela está plasmada mi visión sobre ello, una visión que seguramente no sea la misma que la que tengo ahora o tendré dentro de un tiempo ante un mismo escenario. Una compañera, que participa también en la portada, me dijo algo muy bonito al leer la historia, me dijo algo así como que le había encantado verme y conocerme a través de la novela y darse cuenta del modo en que defendía valores como la amistad y el amor a pesar de toda la violencia, desgracias y desesperación que rodeaba a los personajes. Fue la única persona, al menos que me lo haya hecho saber, que se dio cuenta de la parte positiva y esperanzadora entre tanta sangre y agresividad, que supo ver y rescatar la belleza entre lo grotesco. Todo el mundo me ha hablado sobre los terribles acontecimientos, sobre la locura que les invade a los personajes, sobre las falsas apariencias, sobre el uso de huesos humanos como armas, pero nadie me comentó nada sobre esa llama de esperanza y compañerismo que aún queda en los protagonistas y creo que, sin ello, la novela no es más que un festín de sangre sin humanidad. Para mí, ese atisbo de sensibilidad, de respeto, de amor incluso, es la base de toda la historia, es el espíritu. Que sí, que es más sutil, pero ahí está, y sin ello, como digo, todo sería una carnicería sin sentido, serían muertes que te dan igual que ocurran o que no, sería todo tan frío y desalmado… como zombis.
No me puedo olvidar de la portada. ¿Me puedes explicar cómo fue el proceso de elección?
Fue gracioso aquello. Me vas a tomar por pesado, pero, vuelvo a decir, quería que la novela fuese un homenaje al cine de terror de serie B y tenía en mente una portada de una película concreta para mi novela. Obviamente, no idéntica, pero sí con el mismo estilo y el mismo concepto. Buqué por bancos de imágenes fotos libres de derechos para estos usos que me pudieran servir, pero no encontré gran cosa. En el tono que yo buscaba no había gran cosa y lo poco que había eran todo modelos: chicos guapísimos y cachas y chicas superatractivas y sexys. Yo buscaba algo más real, algo más… Pues como es la gente real, con sus defectos, sus partes bonitas, altos, bajos, gordos, flacos, rubios, morenos, etcétera. El caso es que, un buen día, se me ocurrió una cosa: poner un anuncio en Twitter. Buscaba personas, sin ningún requisito, sólo personas, que quisieran participar con una imagen para la portada de una novela. Se apuntó mucha gente, yo por privado les dije con detalle qué tipo de libro iba a ser y dónde se iba a vender y todo eso, me parecía justo que supieran para qué se iba a usar. Total, que yo a cambio, haría un personaje basado en ellos, en su físico, además de darles la oportunidad de, si tenían publicaciones, mencionárselas también en el apartado final de la novela para ayudarles con su difusión, al igual que ellos me ayudaron a mí con las imágenes. No puedo pagarles, no puedo hacer gran cosa, pero al menos, en lo que pueda, lo hago como agradecimiento. La verdad es que, gracias a esta iniciativa, he conocido grandes personas de la comunidad literaria de Twitter con las que me siento muy a gusto. Además, con los protagonistas, tuve mucha suerte porque ya tenía una idea previa de cómo iban a ser físicamente y, precisamente, entre la gente que me mandó sus fotos, dos de ellos encajaban como anillo al dedo al físico que yo había pensado para los protagonistas (Álvaro y Nía), con el resto tuve que hacer modificaciones en caso de que ya existiera algún personaje para adjudicárselo o crear un personaje en específico para esta persona. En definitiva, creo que la portada y la historia refleja a personas reales, no hombres y mujeres perfectos y bellísimos físicamente, y estoy muy contento con ello. En lo referente a la cubierta en general, creo que está muy logrado el estilo de película de VHS, tiene sus dos rombos como se solía poner antiguamente para advertir que una película era para adultos, el eslogan, la pegatina con el precio en pesetas como antes, los nombres de todos los colaboradores como si fuesen los actores de una película, la pegatina de alquiler en el lomo, en lugar de la duración de la película tiene la extensión en páginas en la parte de atrás, con sus fotogramas, sus extras, etcétera. De hecho, tiempo después de la publicación, me imprimí la cubierta y la puse dentro de una caja VHS y pasa completamente por una peli real de terror. Perfectamente podría estar en una estantería de videoclub sin desentonar nada. Este efecto, a mi parecer, se pierde en la edición impresa de la novela porque se nota que es un libro, pero la misma imagen dentro de la funda de una cinta de vídeo es brutal.
El libro es autoeditado. ¿Por qué has preferido esta opción?
Considero que tanto la autopublicación como la edición tradicional tiene sus pros y sus contras. Yo prefiero autoeditar porque eso me permite a mí tener el control absoluto de todo el proceso. Puedo escribir lo que me dé la gana (sea políticamente correcto o no), puedo hacer la maquetación como quiera, hacer la portada que a mí me guste, todo. Aciertos y fallos serán sólo y exclusivamente cosas mías y no tengo que rendir cuentas a nadie ni nadie a mí. Volvamos de nuevo al tema de la portada de este libro, seguramente por editorial sería una imagen muy diferente, pero yo quise unos elementos concretos que tiene, por ejemplo: contrastes muy agresivos, o muy blanco o muy negro. Ya no solo por estética, que también, sino porque esos contrastes creo que además hablan mucho del tono de la novela y de lo que te vas a encontrar dentro, esas luces y sombras, esas dobles caras… El rojo y el negro son predominantes en la portada, la sangre y la noche, la pasión y la oscuridad, etcétera. En la imagen de la portada, a parte de los personajes, tienes un hueso, madera, estrellas fugaces, luces extrañas, cocaína… y todo tiene un sentido en la trama a pesar de esa percepción caótica y desordenada que pueda transmitir en un primer momento. Con una editorial, aunque puedas hacer sugerencias, al final son ellos los que tienen la última palabra, y es comprensible. Pero en mi caso, prefiero encargarme yo de todo y luego ya me llevaré los palos o los laureles. Me considero muy independiente en lo que hago y en mi forma de ser, siempre voy un poco al margen de todo y de todos. Creo que tener la libertad de encargarte tú mismo de todo el proceso creativo de una novela hace que sea más fiel a ti mismo, a tu idea original, a lo que tú querías expresar. ¿Que hay mucho más trabajo y esfuerzo? Sí. Pero también es más satisfactorio. De hecho, todas mis novelas autopublicadas, a excepción de la del Titanic que cuenta con corrección y beteo, han sido hechas así. Un trabajo cien por cien propio, con lo bueno y con lo malo.
¿Qué le dirías a un lector que duda si leer “La noche en que se volvieron rabiosos”?
Le diría que, si le gusta ese tipo de películas de serie B, podría resultarle una lectura curiosa y amena. Que si es una persona fácilmente impresionable o muy sensible, que lo lea bajo su responsabilidad ya que contiene escenas fuertes y la trama no es demasiado positiva que digamos; es más, casi le diría directamente que no la leyera porque puede encontrar cosas un poco hirientes. Si le atrae ese tipo de escenas, adelante, seguro que lo disfruta mucho. Le propondría, incluso, que vaya buscando las referencias a estas películas homenajeadas. Le diría que busque los spoilers ocultos en la cubierta. Le diría que tiene un poco de todo: misterio, gore, romance, humor, reflexión, amistad, crítica social, drama, ciencia ficción… es decir, aunque sea catalogada como terror, no es lo único que se va a encontrar, aunque ese sea el género más predominante a lo largo de la narración. Le diría que contiene un Making of, cosa poco usual en una novela, así como una entrevista que me hicieron sobre el género de terror y un apartado de información sobre los colaboradores para que los conozcan y tengan más variedad de opciones para sus próximas lecturas. Le diría que, aunque haya referencias a los ochenta o al cine clásico, la trama está pensada para que resuene poderosamente con el momento actual y todo lo que hemos vivido y estamos viviendo. Le diría que, si le gustan las historias novedosas, esta no es su novela, pero que, si añora las viejas historias de terror hechas a la vieja usanza, creo que la va a disfrutar mucho. ¡Y qué leches! Si quieres ver a un puñado de rabiosos flipando con la canción La Ramona de Fernando Esteso, léete esta novela (no me hago responsable de destruir la infancia de nadie con el momento de la canción Un mundo ideal, de la película Aladdín (Disney y apocalipsis, no puede salir nada malo de esa mezcla)). Como ves, querido lector o querida lectora, no sé si será buena o mala novela, pero creo que cuanto menos es una novela realizada de una manera muy poco común. Irónico, ¿no? Más de lo mismo presentado de una manera completamente nueva.
Hasta aquí la entrevista. Muchas gracias, Sergio.