Conoce a los autores

Las Palabras Descarriadas: Seguramente te gustan varios escritores, ¿puedes nombrar alguno?
Jose Gil Romero: Es dificil elegir pero entre los favoritos aparecerían sin duda García Márquez, Bukowski, Eduardo Mendoza, Ana M. Matute, Torrente Ballester… Pero sería injusto para mí dejar fuera a Galdós y Arrabal, a Pérez reverte. Y te pones y no acabas: Rafael Reig, Montero Glez… En fin, muchos. Me fastidia que se me olvide alguno.
Goretti Irisarri: Yo voy a elegir uno solo: Edgar Poe Y le quito el apellido Allan, porque él mismo lo odiaba, era el de su padre adoptivo.
LPD: Otra pregunta complicada: ¿puedes decirme tus tres novelas favoritas?
JGR: Favoritas es imposible, y además probablemente mañana elegiría otras, pero entre las que más me han marcado podrían estar «Olvidado rey Gudú«, «Cien años de soledad» y «Los gozos y las sombras«.
GI: «Las afinidades electivas«, «La montaña mágica» y cojo con Jose la carta de «Los gozos y las sombras«. A los dos nos gusta mucho Torrente y además él veraneaba en mi pueblo, en Nigrán.
LPD: ¿Y alguna novela te ha decepcionado?
JGR: Seguramente muchas (risas).
GI: La verdad es que no, porque suelo leer sobre seguro, normalmente voy a clásicos.
LPD: ¿Qué has leído últimamente?
JGR: Ando con varios ensayos a la vez: el de Madariaga sobre Colón; «Gente de la edad Media», de R. Fossier; «Fantasmagoría», de Mayrata; y en novela, «Cumbres borrascosas».
GI: Una biografía de Wittgenstein escrita por una gran amiga, Henar Lanza. Es emocionante. Y también dos maravillas del cómic, ambas de Astiberri ediciones: «Un millón de años» de David Sánchez y la serie «Silvio José» de Paco Alcázar.
LPD: ¿Recuerdas la primera novela que leíste?
JGR: Seguramente fue alguna de Los cinco. Pero mi acercamiento al mundo de la novela vino de la mano del tebeo y de Carlos Giménez, con «España una, grande y libre«. Fue Carlos Giménez quien me despertó la pasión por leer.
GI: Fue «El hobbit«. Me la pasó mi padre.
LPD: ¿Cuáles son tus géneros literarios preferidos a la hora de escoger lectura?
JGR: Ensayo leo muchísimo, me ayuda a despegarme de las tramas entre una novela y otra. En ficción no tengo un género específico, aunque noto que en general me tira más la literatura en español (soy un neurótico y siempre pienso que he elegido una novela con traducción pobre y que me estaré perdiendo algo (risas)
GI: A mi me gusta mucho más la ficción, sea cual sea la tesis del autor, prefiero que me la cocine en novela que en ensayo. Y el libro de cuentos es un formato que me encanta, si son buenos, claro, en plan Chejov, Carver, Poe, Hoffmann, Cortazar, Foster Wallace…
LPD: ¿Eres capaz de explicar cómo te picó el gusanillo del escritor? ¿Cuántos años tenías?
JGR: Toda mi vida he escrito, desde que tenía diez, doce años y escribía los guiones de aquellos comics que dibujaba, o de cuentos de terror.
GI: Con dos amigas del cole, Marta y Sefi, teníamos una diversión curiosa que era pasar poemas que nos gustaban a máquina y regalárnoslos, los intercambiábamos como cromos. Eso es escribir ¿no? pero muy literalmente… Ahí fuimos probando a hacer cosas nuestras, poemas, obras de teatro, seriales de radio etc.
LPD: «Caen estrellas fugaces» es la primera novela que publicáis conjuntamente, ¿fue la primera opción?
JGR: Sí. En un determinado momento trabajamos en varios proyectos a la vez, pero a la hora de decidirnos a mover entre editoriales fue la primera opción.
LPD: ¿Cuáles son vuestros planes de futuro? ¿Tenéis alguna obra en mente?
JGR: Estamos a punto de presentar varios proyectos, pero le dedicamos más esfuerzos a una novela de aventuras en la que trabajamos desde hace más de un año.
Conoce la obra: «Caen estrellas fugaces»
LPD: Comenzaré por el principio, ¿cómo fue le proceso de elegir el título?
JGR: Pues fue un proceso complicado, la verdad. En principio la obra tenía un nombre genérico, que abarcaba un mundo mayor, con otros libros que habrían de salir, pero a la editorial no le convencía y terminaron descartándolo. Ahí elegimos un título provisional, al que no le dimos demasiada entidad porque creíamos que acabaría siendo descartado; y nos pusimos a trabajar sobre otros títulos. Hicimos una tormenta de ideas y propusimos casi cien nombres. Finalmente la editorial eligió el provisional: Caen estrellas fugaces.
GI: El título hace referencia a una tormenta solar en septiembre de 1859, la más fuerte registrada en la historia: el Fenomeno Carrington. Sus consecuencias serían hoy catastróficas, interrumpiría las comunicaciones, red eléctrica e Internet. ¡El gran Apagón! Pero en 1859 apenas había tecnología y sólo afectó al telégrafo. Eso sí, dio mucho miedo y se vio en todo el mundo, incuido Madrid, como describen algunos periódicos que hemos subido a la web (caenestrellasfugaces.com). Auroras boreales cielos rojos, estrellas fugaces… Con ellas comienza la novela.
LPD: ¿Cómo nació la idea de escribir «Caen estrellas fugaces»?
GI: Vino de una historia situada en el medievo, en tiempos de la peste. Una criatura con una anatomía muy particular (no quiero hacer spoiler) aparecía en un convento en medio de una tormenta. Decidimos trasladar este suceso a una espantosa cárcel y a una época completamente diferente: el Madrid del siglo XIX. Ese momento era mucho más interesante, nacían nuevas ciencias y tecnologías, saberes difusos. Empezaban las pasiones y corrupciones de la ciudad, la semilla de lo que somos hoy.
LPD: Para escribir una novela como “Caen estrellas fugaces” es necesario un exhaustivo trabajo de investigación. ¿Qué me podéis explicar? ¿Fue complicado encontrar la información?
GI: Fue complicado, pero sobre todo fue placentero. Fuimos descubriendo un Madrid decimonónico muy distinto del Madrid castizo de Galdós, que nos recordaba más bien al Londres de Sherlock Holmes. Con sesiones ‘espíritas’, ciencias desaparecidas como la frenología, sociedades secretas… Nos dimos cuenta de que nadie le había prestado atención a este Madrid misterioso, que existió realmente y que resulta fascinante.
LPD: ¿Sabéis cuánto tiempo tardasteis en tener la novela lista para su publicación?
JGR: El proceso total abarcó casi diez años, desde aquellos primeros momentos en que lo ideamos como serie de tv y escribimos varios capítulos. Desarrollarla como novela llevó más de un año; y luego, con la obra ya presentada en la editorial hubo un proceso de correcciones durante otro año.
LPD: «Caen estrellas fugaces» es la obra de dos mentes, ¿cómo fue la colaboración? ¿De qué forma habéis trabajado?
GI: Jose y yo llevamos trabajando juntos unos veinte años como guionistas, estamos tan hechos a ello que lo difícil sería lo contrario. No somos pareja, pero sí pareja creativa. En la escritura cinematográfica es muy habitual (piénsese en Azcona y Berlanga, los Cohen…), pero en la literaria no tanto. Aún así pondré un ejemplo: Honorio Bustos Domecq, el seudónimo que usaron Borges y Casares para escribir juntos.
Nuestro método es sencillo: quedamos para decidir la trama (en bares, cómo no si estamos hablando de Madrid) y luego nos repartimos las escenas, que cada uno escribe por separado. Nos las enviamos y corregimos mutuamente.
LPD: ¿Cambiarías alguna escena?
JGR: Casi todas (risas). No, es broma. Acortaría algunas cosas, creo; pero no le doy mucha importancia a este tema. En general pasamos años y años cambiando los proyectos una y otra vez, corrigiendo sin parar. A la hora de estar publicados, personalmente paso a otra cosa. Lo necesito, para desligarme de ese proyecto y meterme en el siguiente.
LPD: ¿Te sientes identificado con algún personaje de “Caen estrellas fugaces”?
JGR: Siempre se dice que un escritor escribe sobre sí mismo. En nuestro caso, al ser una novela tan coral, creo no estamos en un solo personaje sino que hay partes nuestras en muchos de ellos; fueron construidos con retales, como el monstruo de Frankenstein. Yo en particular me siento muy identificado con Leónidas Luzón y con Remedios Galván, pero mucha gente dice que el inspector Granada soy yo 100% (risas).
GI: Yo me identifico con nuestro «malo», el conde del Fierro. Genera auténtico odio entre los lectores, pero a mí me cae bien.
LPD: Algunos escritores crean sus personajes basándose en personas de su entorno o basándose en personajes reales, ¿ha sido el caso en “Caen estrellas fugaces»?
JGR: Seguramente haya retales también de otras personas que conocemos, o rasgos físicos de un señor con que te cruzaste en el mercado, e incluso de algún familiar, pero ninguno de ellos es enteramente un calco de nadie que conozca.
GI: Aquí un secretillo que no sabe Jose. La pareja de investigadores que protagoniza la novela son Elisa —una etérea y hermosa medium, que representa la intuición— y Leónidas —un antiguo investigador de falsos milagros, que viene a ser la razón, el análisis—. Por mi parte, para Elisa sí me he inspirado en alguien que conozco. Pero se dice el pecado y no el pecador. Mi boca está sellada.
LPD: No me puedo olvidar de la portada. ¿Me podéis explicar su elección?
JGR: Pasó algo parecido que con el título. Propusimos a la editorial varias portadas, muchos conceptos. Aparecieron algunas por parte de la editorial pero no nos convencían, y el día de la entrega definitiva cada vez estaba más cerca. Finalmente apareció esta, hicimos un par de matizaciones mínimas y salió por fin la portada definitiva.
GI: Como todo el mundo sabe… siglo XIX es chistera.
LPD: ¿Qué le diríais a un lector que duda si comprar “Caen estrellas fugaces”?
JGR: Que no lo dude (risas). Que pruebe. La novela tiene críticas buenísimas, una valoración muy alta en Goodreads y en Amazon. No es una novela cara, en papel; y en kindle es francamente barata. Le hemos dedicado mucho trabajo, mucha pasión y mucha entrega, quisimos construir una montaña rusa de emociones y misterios en los que el lector pudiera viajar en el tiempo, verse inmerso en un 1859 lleno de secretos.
GI: Le preguntaría si le gustan las nuevas series, tipo HBO. La novela tiene algo original, propio, y es que hemos usado técnicas de narración muy cinematográficas. Leerla es como sentarse en el sillón y disfrutar una buena serie.
LPD: Para finalizar la entrevista, si pensáis que me he olvidado de preguntar algo, ahora es vuestro momento.
JGR: Nada, sino agradecerte la entrevista.
GI: Ha sido un placer.
Hasta aquí la entrevista a Goretti Irisarri y Jose Gil Romero, autores de la muy recomendable «Caen estrellas fugaces«.