Conoce al autor: León Bustamante

¿Qué libros o autores marcaron tu infancia y despertaron tu amor por la literatura?
Sin duda alguna, Horacio Quiroga tuvo un profundo impacto en mí. Mi madre me leyó La gallina degollada cuando era pequeño. También me leyó El Quijote, y recuerdo que me afectó profundamente la muerte del personaje. Todo mi amor por la literatura viene de ella, apoyado además por la música y el cine, que han influido considerablemente en mi forma de narrar y reflejar mi mundo.
Has mencionado a Mario Benedetti como una gran influencia. ¿Qué aspectos de su poesía te inspiran más?
Benedetti es mi puerta a la poesía. Siempre me había resultado un mundo complejo, pero un día me llegó uno de sus poemas más famosos, No te rindas. Ahí descubrí que la poesía no era un mundo elitista ni accesible solo para expertos en el verso; la poesía es, ante todo, una forma de conectar, ya sea con uno mismo o con los demás. Es, al fin y al cabo, una manera de existir, de dar forma de manera armónica a una persona. Es tan personal que pretender restringirla a unos pocos es, en realidad, castrar su esencia.
¿Qué fue lo primero que escribiste y qué recuerdas de esa experiencia?
Tiene su gracia. De pequeño no tenía muchos amigos, así que escribía ‘relatos’ en los que mis amigos eran aquellos con los que quería relacionarme, y los representaba de la manera en que me hubiera gustado que fueran. Muy influido por las series de televisión (como Doctor Who, por ejemplo), eran historias auto conclusivas en las que resolvíamos juntos un misterio y comíamos helado para celebrarlo.
Recuerdo poco, pero lo más importante fue la emoción que me dio poder crear un mundo propio donde todo tenía un final feliz, especialmente donde no me sentía solo.
¿Tienes algún ritual o rutina especial cuando escribes poesía?
Soy una persona muy caótica. Escribo cuando lo que siento es tan fuerte que las lágrimas o cualquier manifestación física se quedarían ‘cortas’. A veces, la poesía es la única manera de expresarlo de forma apropiada, sin que se quede nada dentro.
¿Qué temas recurrentes sientes que se repiten en tu obra y por qué crees que te atraen tanto?
El amor sería el primero de todos. Luego vendría la infancia. Si hay más temas, están supeditados a esos dos.
Hace tres años que escribo con el amor como base, siendo consciente de ello. Incluso mi primera novela tiene el amor como el motor principal del personaje. El amor, como tal, no me atrae, pero sí las personas que me inspiran ese sentimiento. No fue hasta que viví una historia de amor que me di cuenta de esto.
¿Estás trabajando en algún proyecto literario actualmente? ¿Podrías adelantarnos algo?
Tengo dos proyectos en marcha: una novela y un poemario. Los poemas ya están preparados, pero me gustaría publicar la novela primero.
Si tuviera que adelantar algo, diría que es el equivalente al poemario, pero en prosa. Es el resultado de tres años de crecimiento y reflexión. Se tocan en esencia los mismos temas, solo que el personaje principal trata de huir de ellos, lo que da lugar a situaciones tanto cómicas como dramáticas.
¿Qué libro recomendarías a alguien que quiera empezar a leer poesía?
La antología poética de Mario Benedetti, que tiene el prólogo de Serrat, fue la que me motivó a escribir poesía, especialmente por esa edición. Es fantástica, tanto el prólogo como la selección de los poemas. Benedetti tiene la magia de ser accesible para todos, no por simple. Siempre he pensado que la verdadera complejidad radica en conseguir transmitir tanto con las palabras más ‘sencillas’.
¿Tienes algún poeta contemporáneo favorito?
Considero a Benedetti un autor contemporáneo, teniendo en cuenta que falleció en 2009.
Si tuviera que mencionar a otro, diría Miguel Romero, un poeta extremeño cuya poesía me parece que contiene una gran fuerza y sensibilidad, algo que no muchos consiguen combinar.
Debo admitir que me resulta complejo adentrarme en el mundo de otro poeta, a menos que conecte conmigo. Soy capaz de reconocer su calidad, pero, a la hora de leer poesía, quiero sentir, no analizar como si estuviera en el colegio.
¿Qué lees cuando buscas inspiración para escribir poesía?
Para la poesía no leo; para inspirarme, escucho y vivo. El ochenta por ciento de mis poemas son fruto de recuerdos o de algo que siento en el momento. A veces, es casi como un chispazo, un estallido de emociones que, de alguna forma, tienen sentido.
¿Cómo decides cuándo un poema está terminado?
Cuando el recuerdo o la emoción quedan vacíos, exprimo hasta la última gota de ellos. Mis poemas son eso: una especie de deshidratación emocional.
¿Qué consejos le darías a alguien que quiere empezar a escribir poesía?
Que llore mucho.
Que no tenga miedo a amar a los demás y a sí mismo (sobre todo).
Que sea sincero con el ‘papel en blanco’, pues es un espejo.
Ahora mismo son los únicos que se me ocurren, pero creo que con esos ya tiene trabajo para unos años.
¿Crees que la poesía sigue teniendo la misma relevancia cultural que antes?
Mientras el ser humano siga teniendo relevancia, la poesía la seguirá teniendo, pues es una extensión de él.
Conoce la obra: La poética violencia de un pringado libre

¿Qué significa para ti el título del libro?
Es una pregunta muy interesante.
En un principio, el libro se titulaba ‘Echo de menos lo que no éramos’, un reflejo fiel de cómo era en ese momento. Fue el paso del tiempo (y la reflexión posterior; el tiempo no hace magia) lo que me hizo darme cuenta de que vivir del recuerdo era condenarme a vivir en una especie de rueda de hámster donde siempre volvía a lo mismo. Por eso, el ‘pringado libre’ del título es el resultado de una maduración.
Muchos poemas del libro reflejan emociones intensas y contrastantes. ¿Qué tan difícil fue para ti volcar esos sentimientos en palabras?
Es como cuando vivimos ciertas situaciones traumáticas que no recordamos en su totalidad. Puedo decirte que escribir cada poema duele como un tatuaje en el alma. La mayor dificultad fue no juzgarme a mí mismo, aceptar que había sentido eso y, sobre todo, aceptarlo de esa manera.
Tu libro parece tener una fuerte carga autobiográfica. ¿Hasta qué punto dirías que es una representación fiel de tus experiencias personales?
Diría que todo el libro, ya que no hay ningún poema que no corresponda a algo mío en específico. Ni escribiendo una autobiografía podría representar de manera tan fiel a mí mismo. Leyendo los poemas, sé decirte cuándo los escribí y por qué. Tanto lo ‘bonito’ como lo ‘feo’ soy yo.
¿Qué esperas que los lectores se lleven consigo después de leer La poética violencia de un pringado libre?
Espero que se lleven algo que les hable al corazón, que los haga sentir y reflexionar, y que les permita liberarse de las cadenas que no dejan ver el hermoso camino que suelen tener delante.
¿Cuál fue el poema más difícil de escribir y por qué?
El último, ‘Palabras de un niño’.
Los demás reflejaban una realidad que aceptaba y entendía, pero ese fue un golpe de realidad. Es el culmen de veintidós años de algo que había estado guardando, algo que no entendía. Es más fácil echar la culpa a nuestro niño interior, ya que no puede defenderse del adulto que somos ahora, pero es justamente un adulto quien lo defendiera lo que necesitaba ese niño en ese momento. Y ahora, podemos ser ese adulto y protegerlo. Cuando lo escribí, tuve claro que debía ser el cierre. Ser un ‘pringado libre’ también es permitir que nuestro niño interior pueda hablar en libertad.
Algunos poemas parecen tener un tono más optimista mientras que otros son melancólicos. ¿Cómo decidiste el equilibrio entre ambos?
Hay melancolía y optimismo, lo cual hace que el lector no se deje llevar por ninguna de las dos emociones en ningún momento, como una especie de montaña rusa.
El equilibrio es algo muy complicado, sobre todo en las emociones. De más de cien poemas, me quedé con treinta. En cierto modo, buscaba no ahogar al lector de pena en ningún momento, ni tampoco que quisiera vomitar de tanta dulzura.
¿Qué desafíos enfrentaste al escribir sobre temas tan personales y universales al mismo tiempo?
El mayor desafío fue escribirlos. A veces, leerlos me hacía darme cuenta de cosas tristes. Escribir poesía, en bastantes ocasiones, me supone un cansancio mental muy grande. Incluso el poema más bonito que pueda escribir puede dar lugar luego a un vacío existencial en mí. Un poema es más grande de lo que se puede llegar a comprender.
¿Cómo seleccionaste el orden de los poemas dentro del libro?
A la hora de ordenarlos, tuve en cuenta que debía seguir una narrativa, que no es otra que la evolución de un ‘pringado’ a uno libre. Fue ordenar los acontecimientos que viví hasta la ‘conclusión’ de esa historia de amor, y lo pongo entre comillas porque no creo que una historia de amor termine nunca realmente. Algo siempre queda, y este poemario es ejemplo de ello.
¿Hay algún poema en el libro que creas que es el núcleo de la obra?
Sin duda alguna, el de ‘Consecuencias de amar como amo’.
Es un ‘resumen’ de la historia, en cierta manera, y en ese poema surgió el término ‘pringado libre’. Habla de las consecuencias de todo lo leído hasta el momento; es como poder ver qué pasa con un personaje después de terminar la historia. Aunque Jorge Drexler dice eso de ‘amar más la trama que el desenlace’, en este caso, el desenlace hace que ames o no la trama.
¿Cómo crees que este libro refleja quién eres como persona y como artista?
Como persona, refleja muy bien lo pringado que soy en el amor, y como artista, refleja mi capacidad de hacer que eso parezca bonito.
Soy una persona complicada y un artista sencillo; preferiría que fuera al revés, sinceramente. También es cierto que, de otra manera, no podría expresarme como lo hago. A la hora de escribir, la vida personal y la profesional se abrazan, llegando a haber momentos en los que no recuerdas cuál es cuál, o si realmente alguna vez se diferenciaron.
¿Qué impacto esperas que tengan tus poemas en aquellos que no suelen leer poesía?
No espero que la gente quiera leer más poesía después de leer mis poemas, sino conseguir que se sientan menos solos en el mundo, acompañados, que puedan llegar a sonreír por sentirse identificados y saber que otra persona entiende lo que les pasa o lo que les ha pasado. Con eso sería increíblemente feliz.
Mi objetivo a la hora de escribir siempre es que la soledad no pese tanto; busco la belleza, porque con ella podría darle luz a alguien que lo necesite.
Si he olvidado preguntar algo importante, ahora es tu momento. Puedes añadir lo que quieras.
Debo decir que no se me ocurre ninguna pregunta más, han sido todas fantásticas. He disfrutado muchísimo respondiendo. Muchas gracias, es la primera entrevista que me hacen y es preciosa. Gracias de todo corazón.
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