Entrevistamos a Clara Asunción García, la autora de «Como agua entre mis dedos».
Conoce a la autora: Clara Asunción García

Seguramente te gustan varios escritores, ¿puedes nombrar alguno?
Sería imposible mencionarlos a todos, pero, por acotar, destacaría a Rosa Montero, Isaac Asimov, Sue Grafton, Elia Barceló y Gloria Fuertes.
Otra pregunta complicada: ¿puedes decirme tus tres novelas favoritas?
«Las amigas de Heloïse», de Hélène de Monferrand, «Carol», de Patricia Highsmith y «Crónicas de robots», de Isaac Asimov.
¿Y alguna obra literaria te ha decepcionado?
Muchas, pero infinitamente menos que aquellas con las que he disfrutado, así que la balanza sigue siendo positiva.
¿Qué has leído últimamente?
Suelo leer mucho, los tres más recientes han sido «Las hijas de Tara», de Laura Gallego, «Mercado nocturno», de Barry Esisler y «Fragmentos de honor», de Lois McMaster Bujold.
¿Recuerdas la primera novela que leíste?
En concreto, no, pero sé que pasé directamente de los tebeos a la literatura adulta, saltándome la etapa de las historias dirigidas específicamente al público juvenil. Sobre los once años empecé a leer de todo, y lo mismo me leía una novela de Pearl S. Buck («Viento del este, viento del oeste» es el título que me viene a la memoria) con lecturas más ligeras ambientadas en el universo de «La Guerra de las Galaxias», como «El ojo de la mente», de Alan Dean Foster.
¿Cuáles son tus géneros literarios preferidos a la hora de escoger lectura?
Ciencia ficción y novela negra.
¿Eres capaz de explicar cómo te picó el gusanillo del escritor? ¿Cuántos años tenías?
Ese gusanillo me llegó procedente de otro, sin cuya «picotazo» habría sido imposible que se desarrollara: el de la lectura. Leo desde bien pequeña (no concibo pasar un día sin un libro entre las manos) y con el tiempo quise crear yo esas historias, generar los mismos sentimientos y emociones que encontraba en ellas. Eso ocurrió sobre los 15 o 16 años, si bien tardé muchísimo más en poder escribir de una forma más o menos decente, algo que me llegó ya en la cuarentena. Si bien, escribir es algo vivo y cambiante, y en ese sentido, sigo aprendiendo y esforzándome por mejorar.
¿Tienes alguna obra olvidada en un cajón a la espera de salir a la luz?
Tras «Como agua entre mis dedos», que se pasó ahí sus buenos añitos, hay una que es la decana, ya que entró en él en… ¡2006! Si bien, tal y como fue concebida la historia en ese momento, no la consideraría como una novela propiamente dicha, ya que estaba destinada al formato fanfic de tipo seriado, por entregas, y en su escritura me permití ciertas licencias que no aplicaría a una obra, digamos, más «rigurosa». Sin embargo, con el tiempo, he aprendido a romper mis propios corsés, y cuando recientemente «tropecé» con ella en ese famoso cajón, me dije: «¿Por qué no?». Es una historia que calificaría como un thriller-culebrón, y que combina intriga, suspense, romance, acción y giros propios de una telenovela. Tiene cerca de 700 páginas, y el problema es que necesita mucho trabajo de desbroce y corte y confección, así que a saber cuándo podré tenerla en condiciones, y en ese caso, si el resultado será lo suficientemente decente como para ver la luz. ¡Quién sabe si no tendrá que pasarse otros dieciséis años en ese cajón!
¿Cuáles son tus planes de futuro? ¿Tienes alguna obra en mente?
Como me suele ocurrir, llevo varias cosas en danza. Por un lado están las historias que se encuentran en proceso de escritura, como es el caso del thriller-culebrón que he comentado y una novela corta adscrita a los géneros chick lit y juvenil que hace tiempo que la tengo pendiente. Hay una tercera terminada (una novelette de ciencia ficción que seguramente tenga más de ficción que de ciencia) que actualmente está en la fase que yo denomino de «barbecho»: guardadita y a distancia, para que se oxigene y pueda retomarla más como lectora que como escritora. Últimamente también ando dándole vueltas a la idea de convertir uno de mis relatos en un cuento ilustrado, pero esto ya sería a largo plazo. Por otro lado está «En un mundo sin ti», la novela que escribí paralelamente a «Como agua entre mis dedos», una historia de corte intimista que en estos momentos está buscando editorial. La salida a la luz de unas y otra dependerá, en el primer caso, de cómo se porten mi cabeza y mi corazón, y en el segundo, de decisiones ajenas a mí. Para unas y otra confío en que puedan, primero, llegar a buen puerto, y segundo, encontrar su lugar.
Y si hablamos de lo más inmediato, en estos momentos lo que ocupa casi todo mi tiempo es la revisión de la segunda entrega de la serie de la detective privada Cate Maynes, «Los hilos del destino», cuyos derechos editoriales han vuelto a mí y que seguirá el mismo camino de su predecesora, «El primer caso de Cate Maynes», la autopublicación.
Conoce la obra: Como agua entre mis dedos

Comenzaré por el principio, ¿cómo fue el proceso para elegir el título?
El título vino solo, como me pasa siempre, y con ello quiero decir que no fue resultado de un proceso de reflexión, sino de una súbita inspiración, como un flash en mi cabeza. Suele ser lo primero que tengo de una historia, incluso antes de haber escrito una sola línea.
¿Cómo nació la idea de escribir “Como agua entre mis dedos”?
La novela iba a formar parte de una especie de tríada dedicada tratar, a través de la intriga romántica, temas como el peso del pasado, los errores que cometemos, la búsqueda del perdón y las segundas oportunidades, y la escribí de forma paralela junto a otras dos de mis novelas, «La perfección del silencio» (Egales, 2013/Amazon, 2021) y «Tras la coraza» (Egales, 2016). Sin embargo, en un momento dado, aparqué la historia para centrarme en otras, y para cuando la retomé tiempo después lo que había escrito ya no encajaba con la escritora que era en ese momento, así que volví a meterla en el cajón hasta que pude «reconciliarme» con ella. Lo hice dándole lo que me demandaba, una mayor implicación emocional, y por ello, a día de hoy, «Como agua entre mis dedos» es, junto a «Elisa frente al mar», una de mis novelas más personales, y Paula, uno de los personajes que más tiene de mí.
Toda novela tiene alguna escena más complicada de escribir, ¿existe esa escena en “Como agua entre mis dedos”?
La de las explicaciones finales, la resolución de la trama puramente de intriga. Reconozco que es algo densa, y me habría gustado hacerla más fluida, pero por muchas vueltas que le di no logré dar con el tempo adecuado. Es una espinita que tengo clavada.
¿Sabes cuánto tiempo tardaste en tener la obra lista para su publicación?
Nueve años. Como he mencionado antes, fue una novela que «retiré» porque sentía que era incapaz de continuar la historia tal y como la había concebido y hacia donde la llevaba. Hasta que no tomé la decisión de «romperla» y reconstruirla, no me reconcilié con ella. A diferencia del thriller-culebrón, con el que no sufrí al descartarlo porque era más un divertimento que otra cosa, con «Como agua…» sí sentía una gran frustración, porque yo sabía que ahí había una buena historia. Llegó un momento, incluso, en el que estuve a punto de tirar la toalla, porque lo veía como un imposible. Afortunadamente, nunca la di del todo por perdida, y así, en uno de esos ocasionales intentos en los que la sacaba del cajón, algo hizo click y conseguí encontrar el tono y el rumbo adecuados y terminarla. Sin embargo, aún sufrió un retraso añadido, ya que para entonces llegó la pandemia y volvió a ver prorrogada su salida, algo que por fin tuvo lugar en diciembre de 2020.
¿Reescribirías alguna escena?
La que he mencionado antes, la de la explicación. ¡Todavía me peleo con ella en mi cabeza!
No me puedo olvidar de la portada. ¿Me puedes explicar cómo fue el proceso de elección?
Quería plasmar esa fragmentación interior de Paula, el personaje principal, alguien que está roto en mil pedazos pero que desea recomponerse. Y la metáfora de la mano por la que se escurre el agua creo que es bastante evidente y simboliza la frase que justifica el título, pronunciada por Paula: «Como agua entre mis dedos, Elaine, así he dejado pasar la vida y todas las oportunidades que me dio. Como tu amor.»
El libro ha sido autoeditado. ¿Por qué has optado por esta opción? ¿Estás satisfecha del resultado final?
Yo me considero una autora híbrida, ya que publico tanto de forma independiente como a través de editorial. La decisión de optar por uno u otro canal depende de diversas consideraciones. Por ejemplo, la inmediatez y el control casi absoluto de la obra que proporciona la autopublicación son dos factores muy atractivos. Por contra, el respaldo y la promoción de una editorial son impagables, ya que en el primer caso tú te tienes que encargar de casi todo. Pero más allá de ello, un elemento que tiene un peso definitivo a la hora de decantarme por una editorial es el prestigio de su catálogo y su implicación con las obras que publican, algo que, lamentablemente, brilla por su ausencia en muchas editoriales.
Con «Como agua entre mis dedos» estoy más que satisfecha con la opción escogida, ya que está llegando a muchas lectoras y lectores. Su arranque y acogida fueron espectaculares, y se mantienen todavía un año después de su publicación, algo que, en una autopublicación, se puede considerar como un pequeño gran logro.
¿Qué le dirías a un lector que duda si leer “Como agua entre mis dedos”?
Tres páginas. Dale la oportunidad de leer sus tres primeras páginas y después decide.
Muchas gracias, Clara, por responder a las preguntas de Las Palabras Descarriadas.
Gracias por tu amabilidad y por cederme un rinconcito en tu página, Ana. ;O)
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Gracias a las dos por compartir tiempo, espacio y creatividad. Definitivamente conocer los engranajes del proceso creativo de una autora, sus influencias y obsesiones nos aporta una perspectiva única a la hora de adentrarnos en su espacio literario. Clara Asunción García es, sin duda, una escritora singular que me sigue impresionando novela tras novela, relato tras relato.
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