Nahla Sfeir es una chica árabe, quien a los doce años es comprometida por su padre para casarse con un importante jeque cuarenta años mayor que ella; mientras su prometido espera que cumpla la edad reglamentaria para casarse, es separada de su familia y enviada a un exclusivo internado para señoritas en Europa; una semana antes de su matrimonio conoce a Jake Steel, un joven de veintitrés años del cual se enamora; decide pasar una noche con él, con la esperanza de que se convierta en un para siempre y huir de una boda no deseada; descubierta por su padre, es obligada a abandonar su hogar; a los diecisiete años sola y embarazada debe aprender a sobrevivir. Jake es sorprendido con la noticia de que es padre; sin saberlo, tiene una familia y ahora que la ha descubierto está decidido a conservarla; hasta que el pasado de Nahla vuelve para reclamarla y llevarla a ella y a su hija de regreso a Arabia Saudí.

Reseña 91. Pondría la mano en el fuego y seguro que me quemaría pues lo que os voy a contar a continuación no es la primera vez que lo digo: tengo preferencia por las novelas con una trama basada en otras culturas, religiones diferentes a las que yo conozco personalmente. Me encanta aprender, conocer, sumergirme en otros ambientes.

«La historia de Nahla: La Hija de Nadie» cumple con ese requisito. Pero, claro está, ese único punto no es suficiente para que una novela sea valorada positivamente. Además, debe ser creíble, con una trama fácil de seguir, unos personajes bien perfilados (tanto los buenos como los malos) y unos diálogos bien escritos. Todo eso lo he encontrado en esta novela que es la primera parte de una trilogía titulada Trilogía Hermanas Sfeir.

«La historia de Nahla: La Hija de Nadie» es de las que atrapa desde las primeras páginas y cuyo interés no decae en toda la novela gracias a la atmósfera que rodea a los personajes. Acción y romance están enlazados de una manera que denota que la autora tiene buenas dotes literarias.

Os puedo contar que mientras iba ya por casi el final de la novela me salté mi parada y eso no es cosa que me pase a menudo mientras voy leyendo.