Para los escritores es importante conocer el origen y significado de los dichos y expresiones populares, además de los proverbios, sentencias y modismos. Si los conocen podrá utilizarlos adecuamente en sus obras sin meter la pata.
Para los lectores, es interesante tener este conocimiento para comprender el texto sin dudas.
En esta ocasión dedico este espacio a la expresión “Eso son palabras mayores“.
Significado
Al decir esto se da a entender que lo que se ha dicho tiene más gravedad o importancia que lo explicado antes.
También se refiere a las injurias como ladrón, cornudo, gafo (leproso), sodomético (sodomita), traidor, hereje o puta, entre otras que cualquiera puede imaginar.

Eso son palabras mayores
Ejemplo
En la obra de Cervantes Rinconete y Cortadillo se puede leer una muestra de la utilización de «eso son palabras mayores»:
Riyéronse desto Chiquiznaque y Maniferro, de lo cual se enojó tanto el Repolido, pensando que hacían burla dél, que dijo con muestras de infinita cólera:
—Cualquiera que se riere o se pensare reír de lo que la Cariharta, o contra mí, o yo contra ella hemos dicho o dijéremos, digo que miente y mentirá todas las veces que se riere, o lo pensare, como ya he dicho.
Miráronse Chiquiznaque y Maniferro de tan mal garbo y talle, que advirtió Monipodio que pararía en un gran mal si no lo remediaba; y así, poniéndose luego en medio dellos, dijo:
—No pase más adelante, caballeros; cesen aquí palabras mayores, y desháganse entre los dientes; y, pues las que se han dicho no llegan a la cintura, nadie las tome por sí.
—Bien seguros estamos —respondió Chiquiznaque- que no se dijeron ni dirán semejantes monitorios por nosotros; que, si se hubiera imaginado que se decían, en manos estaba el pandero que lo supiera bien tañer.
—También tenemos acá pandero, sor Chiquiznaque —replicó el Repolido—, y también, si fuere menester, sabremos tocar los cascabeles, y ya he dicho que el que se huelga, miente; y quien otra cosa pensare, sígame, que con un palmo de espada menos hará el hombre que sea lo dicho dicho.
Fuente: El porqué de los dichos (José María Iribarren)